sábado, 16 de mayo de 2009

Café italiano

Martes. Las quince dos puntos cincuenta. Es el único momento del día para relajarme entre piedras, números y soles inquietos. El tiempo parece haberse detenido este instante. La paz. Somnolencia querida. Languidez deseada. El sol se esconde tras una nube dispersa haciendo que la temperatura sea la idónea para el dulce aletargamiento. Cierro los ojos unos instantes para sentir el aroma del cappuccino. Le doy un sorbo y la espuma me cosquillea los labios. El mejor que he probado, sin duda.

Abro la libreta y hojeo las páginas hasta dar con una en blanco. Saco el boli y las palabras fluyen por el papel. Definitivamente Italia es inspiradora. Aún más su café.

5 comentarios:

  1. Vale, he hecho trampa. Éste lo escribí en julio en Italia, pero mejor ésto a nada, ¿no?

    ResponderEliminar
  2. Para que luego digan que una figura solitaria en la terraza de un café es algo triste o melancólico.

    Sí, mejor.

    ¿Qué tal esos exámenes? ;)

    ResponderEliminar
  3. Podrías haberme respondido aquí "milnue", que me suelo pasar para leer comentarios ;)

    Yo de exámenes, uno sólamente, este año los tenemos muy separados unos de otros en el calendario (el primero lo tuvo el 18, el último el 30, y sólo tengo 4 exámenes, aunque mi caso es especial claro). Es más un ejercicio de paciencia y aguantar la soledad que otra cosa XD.

    Suerte y ánimo!

    ResponderEliminar
  4. Bueno pues te contesto aquí: una compañera de piso también hace psicología y tiene cuatro exámenes esta semana porque tiene de primero y segundo, así que disfruta de la bendición de ternerlos separados ; )

    PD: ¿No sería "milno"? xD Me puedes llamar Loire, que es más pronunciable.

    ResponderEliminar